Tag Archive for: comunicación asertiva

Establecimiento y Gestión de Acuerdos: Clave para la Responsabilidad y el Desempeño

Quinta entrega de la serie “Liderazgo Conversacional”

En el mundo organizacional, la falta de claridad en los compromisos es una de las principales fuentes de frustración, conflictos y bajo desempeño.

Muchos líderes asumen que sus colaboradores saben exactamente qué se espera de ellos, pero en realidad, las expectativas implícitas generan confusión y desalineación.

Ahí radica la importancia de aprender a convertir expectativas difusas en acuerdos claros, específicos y medibles.

Un acuerdo bien definido no solo orienta el comportamiento y el desempeño, sino que también fomenta la responsabilidad y el compromiso dentro del equipo.

La Diferencia entre Expectativas Implícitas y Acuerdos Claros

Las expectativas implícitas constituyen un riesgo para el desempeño, pero también para la confianza, tanto de las personas en sí mismas como del equipo.

Cuando un líder se comunica de manera vaga o asume que su equipo “debe saber” qué hacer, los resultados suelen ser inconsistentes.

Un ejemplo de expectativa implícita sería algo como: “Quiero que el equipo sea más proactivo en los proyectos.”

El problema con este tipo de enunciado es que no define ni qué significa ser proactivo, ni cómo se medirá la mejora, es decir, cómo se observa esa proactividad. Cada persona puede interpretarlo de manera diferente, lo que aumenta la probabilidad de confusión y, por tanto, de incumplimiento de dicha expectativa.

Por su parte, los acuerdos claros permiten la creación de responsabilidad compartida y, por tanto, refuerzan también la confianza.

Para que un acuerdo sea efectivo, debe responder a cinco preguntas clave:

1. ¿Qué se espera hacer?

Especificar la acción concreta, cómo se ve y cómo se escucha esa acción.

2. ¿Por qué es importante?

Explicar el impacto en el equipo o la organización.

3. ¿Cómo se logrará?

Definir los pasos y los recursos necesarios para lograr la acción concreta ha realizar.

4. ¿Qué obstáculos podrían surgir?

Identificar posibles dificultades y soluciones.

5. ¿Cuáles serán los siguientes pasos?

Establecer un plan de seguimiento y puntos de control claros y específicos.

Siguiendo estas preguntas como base estructural, obtenemos como resultado acuerdos del tipo:

“Para fomentar la proactividad en los proyectos, acordamos que cada integrante del equipo presentará al menos una propuesta de mejora en cada reunión mensual. Revisaremos las implementaciones cada (definir periodo) y ajustaremos el proceso según sea necesario.”

Con este nivel de claridad, se elimina la ambigüedad y se crea un compromiso tangible.

Es importante recalcar que el proceso de llegar a un acuerdo, así como la retroalimentación, debe ser a partir de un diálogo y nunca un monólogo. Por lo que, la escucha activa, la comunicación asertiva, el uso de preguntas abiertas, el manejo adecuado de los silencios así como el lenguaje no verbal -elementos que hemos detallado en artículos previos de esta serie de liderazgo conversacional- son esenciales.

Veamos a más detalle el proceso de construcción de acuerdos efectivos.

Cómo Construir Acuerdos Efectivos en 4 Pasos

Es recomendable que, previo a una conversación ya sea de retroalimentación o de construcción de acuedos (que como ya hemos visto muchas veces van de la mano, especialmente cuando de retroalimentación correctiva se trata) te tomes un tiempo para diseñar la conversación, tomando en cuenta los distintos elementos que deben componerla. En el caso de los acuerdos efectivos, estis elementos o pasos detallados son:

  1. Expresar la Necesidad y la Intención

Todo acuerdo debe partir de una conversación donde el líder exponga claramente lo que se necesita lograr y por qué es relevante. Esto permite que el colaborador comprenda el propósito y la importancia del acuerdo.

Ejemplo:
“Para mejorar la calidad de nuestras entregas al cliente, necesitamos establecer un proceso más riguroso de revisión antes de enviar los informes.”

  1. Convertir la Expectativa en un Acuerdo Medible

El siguiente paso es definir con precisión qué se espera y cómo se medirá el cumplimiento o, en otras palabras, cómo se ve y cómo se escucha esa expectativa puesta en marcha; cómo se darán cuenta, los involucrados en el acuerdo, que el acuerdo está siendo efectivamente cumplido.

Esto garantiza que no haya confusión sobre lo que se espera.

Ejemplo:
“Acordamos que, antes de enviar cada informe, otro miembro del equipo revisará los datos y enviará sus observaciones en un plazo de 24 horas.”

  1. Identificar Obstáculos y Soluciones

Antes de cerrar un acuerdo, es importante prever posibles dificultades y definir cómo manejarlas.

Para ello se sugiere preguntar a la persona con la que estás haciendo el acuerdo qué obstaculos considera pudiera dificultar el logro de dicho acuerdo. Una vez que se obtiene una respuesta, deberás preguntar qué considera que se puede hacer para reducir la posibilidad de que dicho obstáculo aparezca y, en caso de que lo haga, cómo pudiera resolverse.

De esta forma el obstáculo deja de ser una barrera sin solución y se puede anticipar un mejor manejo del mismo; quitando al mismo tiempo o, reduciendo, posibles resistencias por parte de quien tienen que poner en práctica el acuerdo.

Esto demuestra flexibilidad sin comprometer la responsabilidad.

El diálogo derivado de las dos preguntas en torno a los posibles obstáculos y sus soluciones viables, debe dar como resultado un plan de acción ante el supuesto ostáculo.

Ejemplo:
“Si el equipo tiene un alto volumen de trabajo y no puede hacer la revisión en 24 horas, podemos ajustar el calendario de entrega para garantizar que haya tiempo suficiente.”

  1. Establecer Seguimiento y Revisión

Un acuerdo sin seguimiento es una promesa vacía.

Los líderes deben definir cómo y cuándo se revisará el progreso de tal forma que, todos los involucrados en el acuerdo sepan qué esperar.

El seguimiento puntual, resulta fundamental para la efectividad del acuerdo, de lo contrario, las personas responsables de ejecutarlo no se sentirán comprometidas a hacerlo pues saben que las probabilidades de que alguien realmente note el cambio o incluso la ausencia de acciones es mínima.

Por esa razón se debe especificar con claridad el proceso de seguimiento y revisión como parte propia de la conversación y el establecimiento del acuerdo.

Ejemplo:
“Revisaremos los avances del proceso cada semana y evaluaremos la efectividad de este proceso en nuestra reunión mensual para realizar ajustes de ser necesario.”

Este cierre refuerza la responsabilidad y el compromiso.

Manejo de Acuerdos No Cumplidos

A pesar de los esfuerzos por establecer acuerdos claros, en ocasiones estos no se cumplen. En estos casos, el objetivo no es castigar ni culpar, sino recuperar el compromiso y asegurar que la situación no se repita.

Cómo Abordar un Acuerdo No Cumplido de Manera Productiva

Al igual que la retroalimentación y el establecimiento del acuerdo, el manejo de los acuerdos no cumplidos parte de una conversación, de un diálogo entre los involucrados.

Este diálogo consta de tres partes estructurales:

  1. Revisar los hechos con neutralidad

    Antes de asumir una falta de compromiso, es importante analizar qué ocurrió. Para ello es necesario mencionar lo que se ha observado objetivamente al respecto y preguntar, de forma abierta, qué ha generado el incumplimiento del acuerdo.

Ejemplo:
“En la última reunión acordamos que los informes serían revisados antes de enviarlos. Sin embargo, el último informe se entregó sin revisión. ¿Qué pasó?”

Esta pregunta invita al diálogo sin generar confrontación.

  1. Escuchar y entender las razones

    El colaborador puede haber enfrentado un obstáculo legítimo. En lugar de asumir mala intención, el líder debe escuchar activamente y fomentar el diálogo para comprender con claridad la situación de manera que se pueda generar un nuevo acuerdo creado de manera conjunta.

Ejemplo:
“Entiendo que hubo una carga de trabajo inesperada. ¿Cómo podemos ajustar el proceso para que esto no vuelva a ocurrir?”

  1. Reafirmar el compromiso y definir un plan de acción

    Después de entender el problema, es momento de reforzar la importancia del acuerdo y definir soluciones.

Ejemplo:
“Es clave que mantengamos la calidad en nuestros entregables. Acordemos que en los próximos informes, si hay una sobrecarga de trabajo, avisarás con anticipación para ajustar el plazo de revisión.”

Este enfoque ayuda a recuperar la responsabilidad sin generar resentimiento o confrontación.

Como puedes ver, el establecimiento y la gestión de acuerdos son  pilares fundamentales para la productividad, el compromiso y la confianza dentro de un equipo.

Reflexiona:

  • ¿Las expectativas en tu equipo están claramente definidas o quedan sujetas a interpretación?
  • ¿Tus acuerdos incluyen plazos, responsabilidades y seguimientos claros?
  • ¿Cómo manejas los acuerdos incumplidos?
  • ¿Buscas soluciones o caes en la frustración?

Un líder que sabe convertir expectativas en acuerdos y gestionar compromisos de manera efectiva crea equipos más autónomos, alineados y orientados a resultados.

¿Estás listo para transformar tu liderazgo a través de acuerdos estratégicos? ¡Empieza hoy mismo!

Construyendo Relaciones de Alto Impacto a Través de la Comunicación

Una parte fundamental en nuestro éxito, como personas y como líderes, radica en nuestra habilidad para conectar con las personas adecuadas, de la mejor manera para hacer posible los resultados que estsamos buscando. Esto lo explica maravillosamente bien una de mis marestras de coaching, Laura Bicondoa, en su libro Relación = Resultados: Una fórmula para la vida, en donde, en términos esenciales nos dice cómo la calidad de nustras relaciones impactan directamente en la calidad de nuestros resultados.

En este artículo -cuarta entrega de la serie Liderazgo Conversacional- me centro en cómo la comunicación es un elemento esencial para la construcción de relaciones de alto impacto que influyan, de manera positiva, en el logro de nuestros objetivos. La comunicación es la herramienta más poderosa para influir, motivar y generar compromiso en un equipo.

Cada interacción, cada mensaje y cada conversación tiene un impacto.

Las relaciones laborales de alto impacto no se construyen a partir de órdenes o jerarquías, sino de diálogos que generan confianza, claridad y responsabilidad compartida.

Sin embargo, muchos líderes enfrentan el desafío de manejar conversaciones difíciles, evitar malentendidos y lograr que sus equipos se sientan escuchados y valorados.

Para lograrlo, es fundamental desarrollar tres habilidades clave que ya hemos mencionado en artículos previos pero que, en esta ocasión, las enfocaremos en su función para la construcción de relaciones sanas y de alto impacto. Estas tres habilidades son: la asertividad, la retroalimentación efectiva y la escucha activa.

1. La Asertividad Como Base del Liderazgo

La asertividad es la capacidad de expresar ideas, necesidades y expectativas con claridad y respeto. Un líder asertivo no solo transmite información, sino que también establece límites saludables y genera un ambiente de comunicación abierta y honesta.

¿Cómo se distingue un líder asertivo?

  • Habla con claridad, evitando ambigüedades o indirectas.
  • Expresa expectativas en términos de hechos y comportamientos, no de juicios personales.
  • Usa un tono de voz seguro y lenguaje corporal alineado con su mensaje.
  • Se enfoca en encontrar soluciones, no en buscar culpables.

¿Cómo influye la comunicación asertiva en las relaciones?

  1. Fomenta la confianza y el respeto mutuo

    • Cuando un líder comunica sus mensajes con transparencia y sin ambigüedades, los colaboradores sienten mayor seguridad y claridad sobre lo que se espera de ellos.
    • Se evitan malentendidos y suposiciones que pueden generar conflictos o desmotivación.
  2. Reduce la resistencia al cambio

    • Una comunicación asertiva permite abordar conversaciones difíciles con empatía, evitando que las personas se sientan atacadas o desvalorizadas.
    • Facilita la aceptación de nuevas ideas y genera un ambiente donde se pueden discutir cambios sin temor.
  3. Impulsa la toma de decisiones efectivas

    • Expresar con precisión las necesidades y expectativas ayuda a que los equipos trabajen alineados, optimizando tiempos y recursos.
    • Los acuerdos se establecen de forma clara, asegurando que todos comprendan su rol dentro de la estrategia.
  4. Fortalece la colaboración y el compromiso

    • Un líder que practica la comunicación asertiva crea un entorno donde los colaboradores sienten que su voz es escuchada y valorada.
    • Esto incrementa la motivación, el sentido de pertenencia y el compromiso con los objetivos del equipo.

Recuerda que la asertividad no es lo mismo que la imposición. Un líder asertivo no obliga ni manipula, sino que comunica con firmeza y respeto para llegar a acuerdos claros y productivos.

Estrategias para Mejorar la Comunicación Asertiva

  • Sustituye las generalizaciones por hechos específicos.

  • Usa declaraciones en primera persona para reducir la defensiva.

  • Sé directo sin ser agresivo.

2. Retroalimentación que Inspira Acción

Como hemos visto en artículos previos, la retroalimentación efectiva es la base del crecimiento y la mejora continua. No se trata solo de señalar errores o reconocer logros, sino de generar conciencia y guiar hacia un mejor desempeño.

Uno de los principales errores en la retroalimentación es que muchas veces se evita o se da de manera ineficaz, lo que puede generar frustración o desmotivación.

La clave está en estructurar la retroalimentación de manera estratégica y enfocarla en el aprendizaje y la acción, integrándola de manera orgánica en el día a día y los procesos propios de evaluación de desempeño de manera continuia. 

Principios de la Retroalimentación Estratégica

  • Ser oportuna y frecuente. No esperes a la evaluación anual para dar retroalimentación; integrala de manera contínua para que: 1) sea oportuna y 2) deje de ser “extraña” o ajena para el colaborador. De esta manera favoreces su efectividad en el proceso de desarrollo, crecimiento y aprendizaje continuo.
  • Equilibrar refuerzo positivo y correctivo. Una retroalimentación completamente negativa desmotiva, mientras que una exclusivamente positiva puede generar complacencia. Esto sugiere que, de forma óptima, debe existir un balance entre las retroalimentaciones enfocadas a la mejora y aquellas enfocadas al reconocimiento de lo que se está haciendo adecuadamente. Sin embargo, no debemos confundir esta sugerencia con la necesidad de “inventar” elementos correctivos o positivos, ya que es fundamental que la retroalimentación sea genuina y auténtica. Lo que este elemento quiere decir es que, como líderes, debemos prestar atención tanto a lo que nuestros colaboradores hacen bien como a aquello que deben mejorar y, en ese sentido, dar las retroalimentaciones correspondientes de forma oportuna, objetiva, constructiva y respetuosa.
  • Centrarse en hechos y comportamientos observables. Evita juicios personales o interpretaciones subjetivas. Una recomendación que doy a mis clientes para lograr esa objetividad es que “pienesn como una cámara de video”. La cámara de video no va a registrar suposiciones o interpretaciones, sino únicamente aquello que se ve (lo observable) y aquello que se escucha. Estos dos elementos son los que nos permitirán crear argumentos, explicaciones y retroalimentaciones objetivas, evitando elementos subjetivos que pueden entrubiar la retroalimentación y la comunicación en general.
  • Formular peticiones concretas en lugar de quejas. La retroalimentación debe incluir una acción específica a seguir.

Modelo de Retroalimentación Efectiva

  1. Inspira: Explica el propósito y la importancia del comportamiento.
  2. Describe: Expón de manera objetiva lo que observaste.
  3. Impacto: Muestra cómo afecta al equipo o a los resultados.
  4. Llamado a la acción: Propón una acción específica para mejorar o reforzar la conducta.

Diagrama del Modelo de Retroalimentación Efectiva en cuatro etapas: 1. Inspira (explica el propósito y la importancia del comportamiento, conectándolo con valores y misión); 2. Describe (comparte observaciones objetivas, sin juicios ni subjetividades); 3. Explica el impacto (muestra cómo afecta al equipo, los resultados o el ambiente de trabajo); y 4. Llama a la acción (propone acciones específicas, claras y medibles para mejorar o reforzar la conducta). Cada etapa está representada con colores distintivos y acompañada de iconos visuales.

La retroalimentación debe ser un diálogo, no un monólogo. Invita a la otra persona a reflexionar y participar, de manera constructiva, en la solución.

No olvides que, además, una retroalimentación correctiva deberá culminar en un acuerdo.

3. Escucha Activa: El Arte de Entender Más Allá de las Palabras

Como vimos en el artículo anterior, el error más común en la comunicación es escuchar para responder en lugar de escuchar para comprender.

Un líder que realmente sabe escuchar construye relaciones más sólidas, anticipa problemas y genera mayor confianza en su equipo.

Escuchar activamente no es solo oír palabras, sino comprender el mensaje completo: el contexto, las emociones y las intenciones detrás de lo que se dice a través del lenguaje verbal y el no verbal.

Recordemos los principios esenciales de la escucha activa:

  • Prestar atención total. Evita distracciones y concéntrate en la persona.
  • Observar el lenguaje corporal y el tono de voz. Muchas veces, lo que no se dice es más importante que las palabras.
  • Parafrasear y resumir para asegurar la comprensión.
  • Hacer preguntas abiertas para profundizar.
  • Evitar interrumpir o apresurar la conversación.

Ahora bien, ¿cómo esta habilidad suma en la construcción de relaciones de alto impacto?

¿Cómo influye la escucha activa en las relaciones de alto impacto?

  1. Fortalece la confianza y el respeto mutuo

    • Cuando un líder escucha activamente, los colaboradores sienten que su opinión es valorada, lo que refuerza la confianza en la relación.
    • Se genera un ambiente de apertura y seguridad psicológica, donde las personas pueden expresar sus ideas sin temor a ser ignoradas o malinterpretadas.
  2. Mejora la resolución de conflictos

    • La escucha activa permite detectar preocupaciones antes de que se conviertan en problemas mayores.
    • Al demostrar empatía y comprensión, se reducen las tensiones y se facilita la búsqueda de soluciones efectivas.
  3. Impulsa la colaboración y el trabajo en equipo

    • Un equipo donde se practica la escucha activa es un equipo que colabora mejor.
    • Al asegurarse de que todas las voces sean escuchadas, se fomenta la diversidad de ideas y la innovación.
  4. Alinea expectativas y reduce malentendidos

    • Escuchar con atención evita suposiciones erróneas y garantiza que todos los involucrados comprendan los objetivos y necesidades del equipo.
    • Esto mejora la comunicación y permite que los acuerdos sean más claros y efectivos.
  5. Aumenta el compromiso y la motivación

    • Cuando un líder escucha activamente, los colaboradores se sienten valorados y comprendidos, lo que incrementa su compromiso con el equipo y la organización.
    • Se genera un sentido de pertenencia y se fortalece la cultura de alto desempeño.

Al escuchar activamente en nuestro día a día, aumentamos nuestras posibilidades de detectar problemas antes de que se conviertan en crisis y fortalecer la confianza en nuestro entorno.

Reflexiona:

  • ¿De qué manera tu estilo de comunicación influye en la confianza y apertura de tus relaciones profesionales?
  • Cuando das retroalimentación, ¿logras que la otra persona se sienta motivada y con claridad sobre cómo mejorar, o generas confusión y resistencia?
  • ¿Escuchas activamente para comprender realmente a los demás o solo esperas tu turno para hablar y dar tu opinión?
  • ¿Cómo reaccionan tus colegas y colaboradores ante tus conversaciones? ¿Se sienten valorados, comprendidos y alineados, o percibes distancia y malentendidos?
  • ¿Qué ajustes puedes hacer en tu comunicación diaria para fortalecer la confianza, la colaboración y el compromiso en tu entorno profesional?

Recuerda que líder que comunica de manera estratégica no solo mejora los resultados de su equipo, sino que también fortalece la cultura y la confianza organizacional.

¿Estas listo para construir relaciones de alto impacto a través de la comunicación? 

Escanea el código