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De Profesional a Referente: Una Ruta de Construcción Estratégica para Potenciar tu Marca Personal con Propósito e Impacto

Artículo final de la serie: De Profesional a Referente

Si has llegado hasta aquí, no estás buscando visibilidad vacía.
Estás buscando significado, posicionamiento y dirección profesional con propósito.

Y esa diferencia importa. Porque construir una marca personal hoy no es un acto de promoción, es un acto de claridad estratégica.

No se trata de sobresalir. Se trata de ser relevante para las personas clave, en los momentos clave, por las razones correctas.

Este cierre no es un resumen. Es una integración dinámica de todos los elementos que has trabajado —o estás por trabajar— para proyectar tu valor con autenticidad y enfoque.

El verdadero cambio: de profesional operativo a referente con influencia

Convertirse en referente es ocupar un lugar significativo en la mente de quienes toman decisiones, porque aportas visión, soluciones y una presencia que inspira confianza.

Es convertir tu carrera en una narrativa viva que otros quieren escuchar, seguir y multiplicar.

¿Y cómo se logra eso? Con una marca personal que no solo se construye… Se sostiene, se afina y se proyecta en tres planos simultáneos: identidad, estrategia y relación.

 

1. Identidad: de lo que eres a lo que representas

Tu marca no es tu cargo. Es tu forma de pensar, tu manera de resolver, tu sello al liderar, tu huella al actuar.

Es la respuesta a preguntas como:

  • ¿Qué me mueve más allá de lo técnico y lo económico?
  • ¿Qué problema sé resolver con más claridad, impacto y conciencia?
  • ¿Qué tipo de profesional quiero ser?

Trabajar en tu propósito, tu mentalidad y tu historia te permite lograr alineación entre quién eres y cómo decides mostrarte, construyendo una realidad congruente entre lo que dices, piensas, sientes y haces.

 

2. Estrategia: de lo que sabes hacer a cómo lo haces visible y útil

No todo el valor que generas se ve. Pero todo lo que no se comunica, no se reconoce.

Aquí es donde entra la precisión:

  • Definir tu micro-nicho.
  • Enfocar tu mensaje en los dolores reales del negocio.
  • Mostrar tu impacto con claridad, sin caer en la autocelebración.
  • Conectar con las metas organizacionales desde tu propuesta profesional.

Una marca fuerte no se nota por volumen, sino por dirección.

No se trata de hacer más. Se trata de hacer de forma más efectiva, en el lugar, el tono y el momento adecuados.

3. Relación: de estar presente a ser recordado

Toda marca personal tiene un ecosistema de relaciones. No se construye en soledad ni se impone. Se cultiva.

Y se potencia cuando:

  • Eres claro con quien quieres conectar.
  • Sabes cómo generar valor real para esas personas.
  • Te vuelves parte de sus soluciones, no de sus distracciones.
  • Te mantienes visible sin agotar, presente sin invadir.
  • Eres genuino.

Un referente no interrumpe. Aporta, conecta y deja huella.

¿Y ahora qué? Del aprendizaje a la acción sostenida

Todo lo que has leído en esta serie tiene sentido si lo llevas a la práctica con intención y consistencia.

Por eso, más que cerrar con ideas, cierro con una invitación concreta:

Crea tu hoja de acción para convertirte en referente

Construir una marca personal poderosa no es una tarea lineal ni rígida. Es un proceso dinámico que requiere revisión, decisión y enfoque. Esta hoja de acción no es una lista para completar en un solo día, sino un marco para ayudarte a tomar decisiones más conscientes y estratégicas sobre cómo te posicionas. Para ello, sigue estos cinco pasos:

1. Revisa tu propósito profesional: ¿Está claro y vigente o necesita actualizarse?

El propósito no es algo estático. Evoluciona contigo. Pregúntate:

  • ¿Lo que hoy te impulsa es lo mismo que te motivaba hace tres años?
  • ¿Sigue habiendo coherencia entre lo que haces cada día y lo que deseas construir a largo plazo?
  • ¿Tu propósito está conectado con el impacto que quieres dejar o con lo que crees que “deberías” estar haciendo?

Acción recomendada: Escribe una frase que defina el propósito profesional que te representa hoy. No busques que sea perfecta o definitiva, sino honesta.

Revisa esa frase con frecuencia. Es tu brújula.

2. Afina tu narrativa: ¿Tu historia habla por ti cuando no estás en la sala?

Tu historia no es un anecdotario ni un resumen de logros. Es una construcción estratégica de identidad y confianza.

  • ¿Puedes contar en menos de dos minutos cómo llegaste a ser quien eres profesionalmente… y por qué eso importa hoy?
  • ¿Estás destacando lo que te hace único o repites lo que todos dicen?
  • ¿Tu relato genera conexión emocional o es solo un discurso racional?

Acción recomendada: Crea cuatro versiones de tu historia profesional: una de 10 segundos -que será tu mantra para repetírtelo en cada momento para reforzar tu seguirdad en tí mismo y en tu identidad profesional; una de 30 segundos, una de 2 minutos y una de 5 minutos. Ensáyalas. Úsalas. Refínalas.

Recuerda: no es sobre ti, es sobre el impacto que puedes generar gracias a quién eres y lo que has vivido.

3. Revisa tu propuesta de valor: ¿Estás hablando desde lo que haces o desde el problema que resuelves?

El error más común entre profesionales con alto potencial es presentarse en términos funcionales: “soy gerente de”, “soy analista de”, “soy responsable de” o repetir lo que todos en su sector dicen.

Eso no posiciona. Eso describe.

  • ¿Qué problema resuelves realmente?
  • ¿A quién impactas con lo que haces?
  • ¿Qué cambia —en resultados, personas o decisiones— gracias a tu intervención?

Acción sugerida: Redacta una propuesta de valor que comience con: “Ayudo a [persona o grupo] a [resolver qué problema] para que [impacto medible o cualitativo].”

Ejemplo: “Ayudo a equipos de operaciones a reducir ineficiencias mediante rediseño de procesos que ahorran tiempo y evitan errores críticos.”

Practica esa frase hasta que se sienta tuya.

4. Define tu espacio de posicionamiento: ¿Qué te hace realmente relevante y recordable?

En un mercado saturado de perfiles competentes, lo que posiciona no es saber mucho… es ser claro, enfocado y reconocible.

  • ¿En qué tema quieres que piensen en ti sin dudar?
  • ¿Qué tipo de situaciones hacen que tu experiencia sea valiosa?
  • ¿Con qué tipo de líder o equipo trabajas mejor y generas más impacto?

Acción sugerida: Traza tu micro-nicho con esta fórmula: Tengo mayor impacto cuando ayudo a [perfil] a resolver [problema] en contextos de [tipo de entorno o desafío].

No temas especializarte. La especialización no te reduce: te posiciona en las decisiones correctas.

5. Elige a quién necesitas llegar y cómo lo vas a hacer: ¿Tu visibilidad es estratégica o circunstancial?

No todo el mundo tiene que conocerte. Pero las personas clave sí deben saber quién eres, qué haces y por qué tu aporte es valioso.

  • ¿A quién deberías estar comunicando tu trabajo hoy?
  • ¿Cómo puedes generar valor sin “venderte”, sino mostrándote con sentido?
  • ¿Estás generando contenido, conversaciones o conexiones de valor con quienes pueden amplificar tu impacto?

Acción sugerida: Crea una lista de 5 personas clave a las que te gustaría acercarte o reforzar relación este trimestre. Define una estrategia realista para nutrir ese vínculo:

  • ¿Compartes ideas en LinkedIn?
  • ¿Propones una conversación de valor?
  • ¿Hablas el lenguaje de las personas a las que quieres impactar?
  • ¿Invitas a colaborar en algo que los beneficie?

La visibilidad no se basa en estar en todas partes. Se basa en estar donde suma.

El rol del coaching ejecutivo como catalizador de todo este proceso

Una marca personal con propósito no se improvisa ni se construye en automático.
Tampoco se sostiene sola.

Un proceso de coaching te permite:

  • Hacer foco sin perder perspectiva.
  • Revisar tu identidad profesional con objetividad.
  • Refinar tu mensaje con honestidad y estrategia.
  • Diseñar un plan de acción que se ajuste a ti y a tu entorno.

Porque lo que está en juego no es solo crecer, sino crecer en la dirección que te representa y te sostiene.

No eres una marca. Eres una decisión.

Tu marca personal no es un eslogan ni un perfil online. Es la decisión consciente de vivir y mostrar tu carrera con claridad, impacto y sentido.

Es elegir no esperar a que te reconozcan, sino actuar desde el valor que ya sabes que tienes.
Es pasar de ser opción… a ser referente.

¿Estás listo para convertirte en la persona que tu próximo nivel profesional necesita que seas?

Entonces no empieces con visibilidad.
Empieza con propósito.
Y todo lo demás… se alineará.

De tu Pasión a tu Posicionamiento: Cómo Convertir tu Valor Profesional en Reconocimiento e Impacto

Segunda entrega de la serie: “De Profesional a Referente”

Si eres de las personas que trabajan duro, obtienen resultados, se comprometen y aportan valor real… pero aún no reciben el reconocimiento que esperaban, este artículo es para ti.

Una vez que has conectado con tu propósito y fortalecido tu mentalidad, el siguiente paso para construir una marca personal sólida y estratégica es convertir tu experiencia, tu pasión y tu talento en una propuesta de valor reconocida dentro de tu organización o industria.

Este artículo no habla de vender productos, ni de dejar tu empleo para emprender. Habla de posicionarte como un profesional con impacto, que sabe articular con claridad qué hace, cómo lo hace y por qué eso aporta valor en el ecosistema al que pertenece.

Porque en el mundo corporativo actual, quien no comunica lo que sabe hacer, corre el riesgo de volverse invisible.

Tener habilidades y experiencia es fundamental; sin embargom la clave está en saber traducir todo tu valor profesional en una narrativa estratégica que te permita:

  • Diferenciarte
  • Ganar visibilidad
  • Conectar con las personas adecuadas
  • Ser considerado cuando surgen nuevas oportunidades.

Lo que no se comunica, no existe.

Y si no sabes cómo transmitir tu propuesta de valor, otros con mayor visibilidad ocuparán el lugar que tú también podrías ocupar.

Preguntas para destacar el valor que ya tienes y aún no estás comunicando

  1. ¿Qué te apasiona dentro de tu profesión?
    • ¿Qué tipo de proyectos disfrutas más?
    • ¿Qué desafíos te entusiasma resolver?
    • ¿Qué conversaciones te llenan de energía?
  2. ¿Qué sabes hacer especialmente bien?
    • ¿Qué tipo de problemas te gusta resolver?
    • ¿Qué habilidades reconocen en ti tus líderes, clientes o colegas?
    • ¿Qué impacto generas en tu entorno?
  3. ¿Cómo lo que sabes hacer aporta valor?
    • ¿Tus habilidades ayudan a tomar mejores decisiones?
    • ¿Facilitan la implementación de estrategias?
    • ¿Mejoran procesos, resultados, experiencia del usuario o cultura organizacional?

Responder estas preguntas te permitirá ver con mayor claridad tu “zona de valor”: ese punto en el que tus habilidades, tu pasión y las necesidades del entorno se encuentran. Y ese es el núcleo desde el cual se construye una marca personal potente.

Tu posicionamiento: más que un título, una propuesta

Muchos profesionales se definen por su cargo:

“Soy gerente de operaciones”, “Directora de marketing”, “Líder de proyectos”…

Pero el cargo no dice nada sobre el impacto que generas, ni sobre el valor que aportas.

El posicionamiento real nace cuando puedes articular tu propuesta profesional de forma clara, concreta y relevante.

Por ejemplo:

“Ayudo a equipos regionales a alinear sus procesos con los objetivos globales de negocio, reduciendo tiempos y mejorando la toma de decisiones estratégicas.”

“Transformo análisis financieros complejos en información accesible para que los líderes no financieros puedan tomar decisiones con mayor agilidad y menor riesgo.”

Cuando te presentas de esta forma, no solo informas lo que haces, sino que también transmites tu impacto, tu diferenciador y tu propósito.

¿Por qué esto es importante para crecer como ejecutivo?

Porque las oportunidades de crecimiento (ascensos, proyectos estratégicos, visibilidad regional o global) no siempre se otorgan al más capaz, sino al más visible, puesto que hoy ,para bien o para mal, la visibilidad se vuelve un sinónimo de confiabilidad. Aunque, en estricto sentido, no es suficiente, ya que más allá de esa visibilidad habremos de demostrar nuestro valor día con día.

En cualquier caso, esa percepción de valor se construye en la forma en que hablas, lideras, te relacionas y comunicas quién eres y qué sabes hacer.

Una marca personal bien posicionada:

  • Te ayuda a ser identificado como experto en tu área.
  • Atrae el interés de líderes o tomadores de decisión.
  • Abre conversaciones que no tendrías si permanecieras en la sombra.

El rol del coaching ejecutivo en tu posicionamiento

Si bien la construcción de tu marca personal la puedes realizar por tí mismo, un proceso de coaching te ofrece el espacio para:

  • Clarificar tu propuesta de valor.
  • Convertir tu experiencia en una narrativa que conecte.
  • Desarrollar confianza para visibilizar tu impacto sin sentir que estás “vendiendo” o presumiendo.
  • Diseñar estrategias concretas para posicionarte dentro de tu organización o en tu industria.

El coaching no solo te ayuda a “ver lo que hay”, sino a reconocer y dar forma a lo que aún no estás comunicando y que podría ser el diferencial que impulse tu carrera.

Tu valor ya existe, es hora de hacerlo visible

La marca personal no se trata de tener un eslogan ni de construir un personaje. Se trata de mostrar, con autenticidad y estrategia, el valor que ya tienes y que puede generar más impacto si otros lo conocen.

No basta con hacerlo bien. Hay que hacerlo visible.
Y para eso, necesitas claridad, narrativa, propósito y acción.

¿Estás listo para convertir tu experiencia en posicionamiento estratégico?

De Profesional a Referente: Construye una Marca Personal con Propósito y Alto Impacto

Mentalidad y Propósito: La Base para una Marca Personal Poderosa

Primera entrega de la serie: “De Profesional a Referente: Construye una Marca Personal con Propósito y Alto Impacto”

Cuando escuchamos hablar de marca personal, muchas veces pensamos que se trata de algo exclusivo para emprendedores, freelancers o creadores de contenido. Sin embargo, hoy más que nunca, desarrollar una marca personal es clave también para quienes forman parte del mundo corporativo.

En un entorno laboral donde la competencia es alta, la digitalización ha transformado la forma de conectar y las oportunidades no siempre están visibles, tu marca personal se convierte en una herramienta estratégica para abrirte camino, destacar y crecer.

Tu marca personal es esa impresión que dejas, la huella que construyes con lo que haces, cómo lo haces y cómo lo comunicas. No es solo lo que sabes. Es cómo lo pones al servicio de otros y cómo lo haces visible para quienes pueden impulsarte, contratarte o recomendarte.

Por eso, ya sea que busques:

  • Emprender con un negocio propio
  • Potenciar tu visibilidad en tu industria
  • Avanzar en tu carrera hacia un puesto directivo o C-Level

…necesitas construir una marca personal auténtica, sólida y bien posicionada.
Y para lograrlo, hay un punto de partida que lo cambia todo: tu mentalidad y tu propósito.

¿Qué significa realmente tener un propósito?

Tener propósito no es solo “hacer lo que te gusta”. Tampoco es una frase bonita para poner en tu perfil de LinkedIn. Tu propósito es el motor interno que le da sentido a lo que haces, guía tus decisiones y alinea tus acciones con el impacto que deseas generar.

Un propósito claro:

  • Te ayuda a tomar mejores decisiones profesionales.
  • Te permite enfocarte y decir no a lo que no está alineado contigo.
  • Da coherencia a tu marca y autenticidad a tu comunicación.
  • Y, sobre todo, te permite diferenciarte desde un lugar genuino.

Pregúntate:

  • ¿Por qué haces lo que haces?
  • ¿Qué tipo de contribución te gustaría dejar en tu entorno o industria?
  • ¿Qué problemas te emociona resolver?
  • ¿Qué te hace sentir que tu trabajo importa?

El propósito no es algo que inventas. Es algo que descubres, nombras y conviertes en brújula estratégica para todo lo que haces con tu marca.

El propósito como eje de tu narrativa profesional

Además de ser una brújula interna, tu propósito es la base sobre la que se construye tu narrativa personal y profesional. Y eso lo convierte en una de las herramientas más poderosas para comunicar lo que haces, cómo lo haces y por qué lo haces.

Hoy más que nunca, las personas no conectan con productos ni servicios: conectan con historias, con causas, con propósitos. Por eso, cuando tienes claridad sobre tu porqué, puedes:

  • Explicar tu trabajo con coherencia y convicción.
  • Conectar emocionalmente con tu audiencia o con quienes toman decisiones.
  • Generar una impresión sólida, memorable y diferenciadora.

Una narrativa con propósito transforma tu comunicación en algo más que un discurso profesional. Le da sentido, dirección y emoción. Te convierte en alguien que no solo ejecuta tareas, sino que lidera desde una visión auténtica.

Por ejemplo, no es lo mismo decir:

“Soy consultora de procesos.”

Que decir:
“Acompaño a líderes de empresas familiares a transformar la forma en la que gestionan su negocio para que puedan crecer sin perder su esencia. Porque creo en empresas que prosperan sin traicionar sus valores.”

Ese tipo de narrativa solo es posible cuando tienes claridad sobre tu propósito. Es lo que hace que los demás no solo te escuchen, sino que te recuerden.

Elementos clave para desarrollar una mentalidad de crecimiento y éxito

Una marca personal poderosa no se construye desde la improvisación. Se construye desde una mentalidad que combina claridad, enfoque, pasión y disciplina.

  1. Define tu propósito con claridad

Evita quedarte en lo superficial. Tu propósito no es “ayudar a otros” o “ser mejor profesional”. Es algo más profundo, más personal.

Piensa:

  • ¿Qué injusticia no puedes ignorar?
  • ¿Qué tipo de transformación te emociona provocar en otros?
  • ¿Qué te haría sentir que tu trabajo dejó huella?

Un propósito claro te permite tomar decisiones más alineadas, comunicarte con coherencia y conectar con personas con puntos en común.

  1. Adopta hábitos alineados con tus metas

No basta con tener grandes ideas. Lo que realmente te posiciona es lo que haces todos los días.

  • Crea rutinas que respalden tu propósito.
  • Dedica tiempo a tu desarrollo personal y profesional.
  • Prioriza lo importante, no solo lo urgente.
  • Elimina distracciones y actúa desde la intención.

La disciplina y la constancia son los verdaderos aliados del posicionamiento.

  1. Transforma ideas limitantes en creencias que te impulsen

Muchas veces no avanzas no porque no tengas talento, sino porque te lo cuestionas constantemente:

  • “No soy tan experto como debería.”
  • “Aún no estoy listo.”
  • “Hay demasiada gente haciendo esto.”

Estas creencias sabotean tu acción.

Cámbialas por afirmaciones conscientes:

  • “Estoy en proceso de crecimiento, y eso también vale.”
  • “Mi historia tiene valor y puede inspirar a otros.”
  • “No necesito ser perfecto para aportar valor real.”

Una mentalidad de crecimiento te permite actuar con más confianza, incluso en medio de la incertidumbre.

  1. Establece objetivos con intención

Tener metas te ayuda a avanzar, pero tener metas conectadas con tu propósito te ayuda a avanzar en la dirección correcta.

En lugar de enfocarte en métricas vacías como “tener más seguidores” o “tener más visibilidad”, pregúntate:

  • ¿Para qué quiero esto?
  • ¿Cómo me acerca esto a la marca y la vida que quiero construir?
  • ¿A quién quiero impactar y por qué?

Un objetivo claro, además de medible, es significativo.

El rol del coaching ejecutivo en tu propósito y tu mentalidad

Este camino no siempre es fácil de recorrer solo. A veces necesitas preguntas poderosas y diálogo que te permita desarrollar perspectiva, estructura y acciones concretas.

Un proceso de coaching ejecutivo puede ayudarte a:

  • Identificar tus verdaderos motivadores y bloqueos.
  • Clarificar tu visión profesional y personal.
  • Reescribir narrativas que hoy te limitan.
  • Traducir tu propósito en acciones concretas y sostenibles.

El coaching no te da las respuestas, pero a través de preguntas te permite encontrar tus propias respuestas con mayor profundidad, claridad y velocidad.

Y eso te ayudará a avanzar con confianza.

Todo empieza por ti

Puedes tener el mejor producto, el mejor currículum o las mejores credenciales. Pero si no tienes un porqué poderoso, una mentalidad sólida y una visión clara de hacia dónde vas, será difícil destacarte con autenticidad y sostenibilidad.

Tu marca personal no empieza en tu logo ni en tu feed de redes sociales. Empieza en tu cabeza y en tu corazón.

Y si ese punto de partida está bien trabajado, todo lo demás fluye con más coherencia y fuerza.

No importa si estás empezando desde cero o si ya tienes experiencia acumulada:

Nunca es tarde para construir una marca personal que hable por ti, te abra puertas y genere impacto real.

Y si sientes que necesitas acompañamiento para descubrir tu propósito, fortalecer tu mentalidad o rediseñar tu estrategia personal desde la raíz, el coaching puede ser el punto de inflexión que estás buscando.

Construyendo Relaciones de Alto Impacto a Través de la Comunicación

Una parte fundamental en nuestro éxito, como personas y como líderes, radica en nuestra habilidad para conectar con las personas adecuadas, de la mejor manera para hacer posible los resultados que estsamos buscando. Esto lo explica maravillosamente bien una de mis marestras de coaching, Laura Bicondoa, en su libro Relación = Resultados: Una fórmula para la vida, en donde, en términos esenciales nos dice cómo la calidad de nustras relaciones impactan directamente en la calidad de nuestros resultados.

En este artículo -cuarta entrega de la serie Liderazgo Conversacional- me centro en cómo la comunicación es un elemento esencial para la construcción de relaciones de alto impacto que influyan, de manera positiva, en el logro de nuestros objetivos. La comunicación es la herramienta más poderosa para influir, motivar y generar compromiso en un equipo.

Cada interacción, cada mensaje y cada conversación tiene un impacto.

Las relaciones laborales de alto impacto no se construyen a partir de órdenes o jerarquías, sino de diálogos que generan confianza, claridad y responsabilidad compartida.

Sin embargo, muchos líderes enfrentan el desafío de manejar conversaciones difíciles, evitar malentendidos y lograr que sus equipos se sientan escuchados y valorados.

Para lograrlo, es fundamental desarrollar tres habilidades clave que ya hemos mencionado en artículos previos pero que, en esta ocasión, las enfocaremos en su función para la construcción de relaciones sanas y de alto impacto. Estas tres habilidades son: la asertividad, la retroalimentación efectiva y la escucha activa.

1. La Asertividad Como Base del Liderazgo

La asertividad es la capacidad de expresar ideas, necesidades y expectativas con claridad y respeto. Un líder asertivo no solo transmite información, sino que también establece límites saludables y genera un ambiente de comunicación abierta y honesta.

¿Cómo se distingue un líder asertivo?

  • Habla con claridad, evitando ambigüedades o indirectas.
  • Expresa expectativas en términos de hechos y comportamientos, no de juicios personales.
  • Usa un tono de voz seguro y lenguaje corporal alineado con su mensaje.
  • Se enfoca en encontrar soluciones, no en buscar culpables.

¿Cómo influye la comunicación asertiva en las relaciones?

  1. Fomenta la confianza y el respeto mutuo

    • Cuando un líder comunica sus mensajes con transparencia y sin ambigüedades, los colaboradores sienten mayor seguridad y claridad sobre lo que se espera de ellos.
    • Se evitan malentendidos y suposiciones que pueden generar conflictos o desmotivación.
  2. Reduce la resistencia al cambio

    • Una comunicación asertiva permite abordar conversaciones difíciles con empatía, evitando que las personas se sientan atacadas o desvalorizadas.
    • Facilita la aceptación de nuevas ideas y genera un ambiente donde se pueden discutir cambios sin temor.
  3. Impulsa la toma de decisiones efectivas

    • Expresar con precisión las necesidades y expectativas ayuda a que los equipos trabajen alineados, optimizando tiempos y recursos.
    • Los acuerdos se establecen de forma clara, asegurando que todos comprendan su rol dentro de la estrategia.
  4. Fortalece la colaboración y el compromiso

    • Un líder que practica la comunicación asertiva crea un entorno donde los colaboradores sienten que su voz es escuchada y valorada.
    • Esto incrementa la motivación, el sentido de pertenencia y el compromiso con los objetivos del equipo.

Recuerda que la asertividad no es lo mismo que la imposición. Un líder asertivo no obliga ni manipula, sino que comunica con firmeza y respeto para llegar a acuerdos claros y productivos.

Estrategias para Mejorar la Comunicación Asertiva

  • Sustituye las generalizaciones por hechos específicos.

  • Usa declaraciones en primera persona para reducir la defensiva.

  • Sé directo sin ser agresivo.

2. Retroalimentación que Inspira Acción

Como hemos visto en artículos previos, la retroalimentación efectiva es la base del crecimiento y la mejora continua. No se trata solo de señalar errores o reconocer logros, sino de generar conciencia y guiar hacia un mejor desempeño.

Uno de los principales errores en la retroalimentación es que muchas veces se evita o se da de manera ineficaz, lo que puede generar frustración o desmotivación.

La clave está en estructurar la retroalimentación de manera estratégica y enfocarla en el aprendizaje y la acción, integrándola de manera orgánica en el día a día y los procesos propios de evaluación de desempeño de manera continuia. 

Principios de la Retroalimentación Estratégica

  • Ser oportuna y frecuente. No esperes a la evaluación anual para dar retroalimentación; integrala de manera contínua para que: 1) sea oportuna y 2) deje de ser “extraña” o ajena para el colaborador. De esta manera favoreces su efectividad en el proceso de desarrollo, crecimiento y aprendizaje continuo.
  • Equilibrar refuerzo positivo y correctivo. Una retroalimentación completamente negativa desmotiva, mientras que una exclusivamente positiva puede generar complacencia. Esto sugiere que, de forma óptima, debe existir un balance entre las retroalimentaciones enfocadas a la mejora y aquellas enfocadas al reconocimiento de lo que se está haciendo adecuadamente. Sin embargo, no debemos confundir esta sugerencia con la necesidad de “inventar” elementos correctivos o positivos, ya que es fundamental que la retroalimentación sea genuina y auténtica. Lo que este elemento quiere decir es que, como líderes, debemos prestar atención tanto a lo que nuestros colaboradores hacen bien como a aquello que deben mejorar y, en ese sentido, dar las retroalimentaciones correspondientes de forma oportuna, objetiva, constructiva y respetuosa.
  • Centrarse en hechos y comportamientos observables. Evita juicios personales o interpretaciones subjetivas. Una recomendación que doy a mis clientes para lograr esa objetividad es que “pienesn como una cámara de video”. La cámara de video no va a registrar suposiciones o interpretaciones, sino únicamente aquello que se ve (lo observable) y aquello que se escucha. Estos dos elementos son los que nos permitirán crear argumentos, explicaciones y retroalimentaciones objetivas, evitando elementos subjetivos que pueden entrubiar la retroalimentación y la comunicación en general.
  • Formular peticiones concretas en lugar de quejas. La retroalimentación debe incluir una acción específica a seguir.

Modelo de Retroalimentación Efectiva

  1. Inspira: Explica el propósito y la importancia del comportamiento.
  2. Describe: Expón de manera objetiva lo que observaste.
  3. Impacto: Muestra cómo afecta al equipo o a los resultados.
  4. Llamado a la acción: Propón una acción específica para mejorar o reforzar la conducta.

Diagrama del Modelo de Retroalimentación Efectiva en cuatro etapas: 1. Inspira (explica el propósito y la importancia del comportamiento, conectándolo con valores y misión); 2. Describe (comparte observaciones objetivas, sin juicios ni subjetividades); 3. Explica el impacto (muestra cómo afecta al equipo, los resultados o el ambiente de trabajo); y 4. Llama a la acción (propone acciones específicas, claras y medibles para mejorar o reforzar la conducta). Cada etapa está representada con colores distintivos y acompañada de iconos visuales.

La retroalimentación debe ser un diálogo, no un monólogo. Invita a la otra persona a reflexionar y participar, de manera constructiva, en la solución.

No olvides que, además, una retroalimentación correctiva deberá culminar en un acuerdo.

3. Escucha Activa: El Arte de Entender Más Allá de las Palabras

Como vimos en el artículo anterior, el error más común en la comunicación es escuchar para responder en lugar de escuchar para comprender.

Un líder que realmente sabe escuchar construye relaciones más sólidas, anticipa problemas y genera mayor confianza en su equipo.

Escuchar activamente no es solo oír palabras, sino comprender el mensaje completo: el contexto, las emociones y las intenciones detrás de lo que se dice a través del lenguaje verbal y el no verbal.

Recordemos los principios esenciales de la escucha activa:

  • Prestar atención total. Evita distracciones y concéntrate en la persona.
  • Observar el lenguaje corporal y el tono de voz. Muchas veces, lo que no se dice es más importante que las palabras.
  • Parafrasear y resumir para asegurar la comprensión.
  • Hacer preguntas abiertas para profundizar.
  • Evitar interrumpir o apresurar la conversación.

Ahora bien, ¿cómo esta habilidad suma en la construcción de relaciones de alto impacto?

¿Cómo influye la escucha activa en las relaciones de alto impacto?

  1. Fortalece la confianza y el respeto mutuo

    • Cuando un líder escucha activamente, los colaboradores sienten que su opinión es valorada, lo que refuerza la confianza en la relación.
    • Se genera un ambiente de apertura y seguridad psicológica, donde las personas pueden expresar sus ideas sin temor a ser ignoradas o malinterpretadas.
  2. Mejora la resolución de conflictos

    • La escucha activa permite detectar preocupaciones antes de que se conviertan en problemas mayores.
    • Al demostrar empatía y comprensión, se reducen las tensiones y se facilita la búsqueda de soluciones efectivas.
  3. Impulsa la colaboración y el trabajo en equipo

    • Un equipo donde se practica la escucha activa es un equipo que colabora mejor.
    • Al asegurarse de que todas las voces sean escuchadas, se fomenta la diversidad de ideas y la innovación.
  4. Alinea expectativas y reduce malentendidos

    • Escuchar con atención evita suposiciones erróneas y garantiza que todos los involucrados comprendan los objetivos y necesidades del equipo.
    • Esto mejora la comunicación y permite que los acuerdos sean más claros y efectivos.
  5. Aumenta el compromiso y la motivación

    • Cuando un líder escucha activamente, los colaboradores se sienten valorados y comprendidos, lo que incrementa su compromiso con el equipo y la organización.
    • Se genera un sentido de pertenencia y se fortalece la cultura de alto desempeño.

Al escuchar activamente en nuestro día a día, aumentamos nuestras posibilidades de detectar problemas antes de que se conviertan en crisis y fortalecer la confianza en nuestro entorno.

Reflexiona:

  • ¿De qué manera tu estilo de comunicación influye en la confianza y apertura de tus relaciones profesionales?
  • Cuando das retroalimentación, ¿logras que la otra persona se sienta motivada y con claridad sobre cómo mejorar, o generas confusión y resistencia?
  • ¿Escuchas activamente para comprender realmente a los demás o solo esperas tu turno para hablar y dar tu opinión?
  • ¿Cómo reaccionan tus colegas y colaboradores ante tus conversaciones? ¿Se sienten valorados, comprendidos y alineados, o percibes distancia y malentendidos?
  • ¿Qué ajustes puedes hacer en tu comunicación diaria para fortalecer la confianza, la colaboración y el compromiso en tu entorno profesional?

Recuerda que líder que comunica de manera estratégica no solo mejora los resultados de su equipo, sino que también fortalece la cultura y la confianza organizacional.

¿Estas listo para construir relaciones de alto impacto a través de la comunicación?